De El cuidador de rebaños
II
Mi mirada es nítida como un girasol.
Tengo la costumbre de andar por los caminos
Mirando a derecha e izquierda,
Y de vez en cuando mirando atrás...
Y lo que veo a cada momento
Es aquello que nunca antes había visto,
Y yo sé dar mucho por eso...
Sé tener el pasmo esencial
Que tiene una criatura si, al nacer,
Reparase de veras en que nace...
Me siento nacido a cada instante
Para la eterna novedad del mundo
Creo en el mundo como en un malquerer
Porque lo veo. Pero no pienso en él
Porque pensar es no comprender nada...
El mundo no se hizo para pensar en él
(Pensar es estar enfermo de los ojos)
Sino para mirarlo y estar de acuerdo...
Yo no tengo filosofía, tengo sentidos...
Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que es,
Sino porque la amo y la amo por eso,
Porque quien ama nunca sabe lo que ama
Ni sabe por qué ama, ni qué es amar...
Amar es la eterna inocencia,
Y la única inocencia es no pensar...
Pessoa, Fernando (heterónimo: Alberto Caeiro) en Antología Poética,, Editorial Argonautas, Buenos Aires, 2009. Selección, traducción y prólogo de Rodolfo Alonso
Ilustración: Alberto Caeiro, visto por José de Almada Negreiros (detalle de la fachada de la facultad de letras de Lisboa)
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